jueves, 7 de julio de 2011

El aparato privatizador avanza

Situacion de Electricaribe con los Usuarios
El 1 de agosto de este año, a las 5 y 30 de la mañana, Haydee Romero sintió unos ruidos extraños afuera de su casa, ubicada en la manzana 53 de la sexta etapa del popular barrio Nuevo Bosque. Salió a ver qué ocurría y, para su sorpresa, se topó con unos hombres con uniformes de Electricaribe que, en terrenos de su propiedad y sin que nadie les hubiese concedido permiso, habían desmontado el contador de la energía de la residencia e instalaban lo que era, según dijeron después, un sistema moderno basado en una especie de chip con pantalla contabilizadora.
Al inquirirlos sobre su proceder, los hombres le informaron de qué se trataba y señalaron que estaban haciendo lo mismo en todo el sector. No contenta con la explicación, el ama de casa averiguó en otras partes y se encontró con que tenían el mismo sistema instalado. Varios vecinos inconformes, como ella, se dispusieron a dialogar con los presidentes de las cinco Juntas de Acción Comunal que comprenden las cinco etapas de este barrio de la ciudad. Contando aquí, preguntando allá, se constató que fueron un total de 108 viviendas en las que se instalaron estos chips medidores de redes sin ningún tipo de socialización previa, tal y como manifestaron en aquella fecha los disgustados habitantes.
Sin socialización
“Nos habían dicho que iban simplemente a cambiar las redes viejas por unas trenzadas sin que haya tantos cableríos que ponen en peligro a los habitantes, pero jamás los de Electricaribe nos informaron sobre la colocación de chips. Nos disgustó que no hubiesen socializado el proyecto”, expresó Mara Lozano, habitante del barrio, quien lideró luego junto a otros vecinos un bloqueo en el Corredor de Carga para evitar lo que para ellos era un atropello que iba a causarles muchos problemas.
Posteriormente, líderes del barrio y habitantes del sector se reunieron con funcionarios de la empresa y miembros de la Unión Sindical Obrera para tratar el tema, y todo –según relataron voceros de las Juntas de Acción Comunal (JAC) del barrio- terminó en una acalorada discusión “...porque entre otras cosas, un funcionario de Electricaribe dijo que el proyecto iba por que iba, así fuera por encima de nosotros”, según dijo Miguel Licano, vocero de la 5º etapa del comité de Infraestructura del Nuevo Bosque.
El gerente de Electricaribe, Antonio Rodríguez, salió a la luz pública días después del bloqueo, en el cual hubo llantas y troncos quemados, y expresó que la empresa iba a implementar estos chips para evitar los fraudes del servicio de energía que le hacen perder a la empresa un 30% de su inversión, y porque además con las redes trenzadas se podrían frenar las varias muertes que cada año ocurren por cables mal puestos “o por las inescrupulosas acciones de quienes intentar hurtar energía sin ver el peligro que eso pudiera ocasionarles”.   
“El proyecto busca mejorar la infraestructura tecnológica de Cartagena. En eso estamos atrasados más de una década. Medellín, por ejemplo, tiene este sistema desde hace unos 10 años con buenos resultados. Además es utilizado en Bogotá, Barranquilla, Santa Marta y en diferentes empresas del sector en el ámbito internacional. La red trenzada también es conocida como ‘red inteligente’ porque es de última tecnología: mejora el entorno (no se ve el enredo de cables), es menos contaminante, de mayor calidad y confiabilidad, y controla las pérdidas energéticas. Si la gente piensa que se le van a incrementar los costos, no es así. Esta inversión es grande pero corre por cuenta de Electricaribe, no de los usuarios”, aseguró a la opinión pública el gerente de Electricaribe.
Sistema de redes antiguo que es el que aún se encuentra en toda la ciudad.
Nuevo sistema de redes trenzadas
Tal explicación debió dejar satisfechos a ciudadanos inconformes, sobre todo porque, además, otros funcionarios de la empresa de energía les aseguraron a varios representantes de la comunidad que los medidores no iban a funcionar inmediatamente. “Van a entrar en una etapa experimental”, les manifestaron.  
Con tales explicaciones, la mayoría de los vecinos del Nuevo Bosque se sintieron tranquilos y el barrio pasó unos días en calma. No ocurrió lo mismo con los dignatarios de varias de las JAC,  quienes por experiencia sabían que ese tipo de cambios por parte de empresas como Electricaribe solía producir efectos laterales y, al final, de alguna manera iban a resultar perjudicados. El tiempo, lamentablemente para los comunales, terminó dándoles la razón. Y la primera prueba de ello salió a la luz el 15 de septiembre.
Consumo excesivo en facturas
Medidor instalado en la vivienda de Haydee Romero.  
Estaba haciendo oficios en mi casa cuando a eso del mediodía me llega a la puerta la factura de la luz. No sé cómo no me desmayé cuando vi la cifra en la factura: 333 mil pesos”, señaló Haydee Romero, “jamás en mi vida había pagado siquiera la mitad de lo que allí decía.”
Haydee saca facturas recientes y ninguna pasa de los 86 mil pesos. Angustiada, se preguntaba a sí mismo: ¿por qué en agosto el consumo había sido de 271 kwh (kilovatio hora, abreviado kwh;  unidad de energía), y apenas 30 días después, en septiembre, se había cuadruplicado, alcanzando los 934 kwh, si seguía teniendo el mismo consumo?
“Averigüé con los vecinos y en varias casas el chip estaba sin funcionar. No podía ser que yo fuera la única perjudicada. Pronto empecé a ver gente quejándose con facturas de hasta 400 mil pesos. Era inconcebible. La mayoría de los habitantes de este barrio ganan el salario mínimo. Imagínese: en una sola factura se va todo el sueldo”, decía Haydee con un tono desesperado e impotente.
Luego de superar el impacto que les produjo la desagradable sorpresa, Haydee remitió una carta a Electricaribe pidiendo que se le aclarara la situación. La empresa les respondió, cinco días después, aduciendo que una posible falla de energía pudo haber disparado el medidor, pero que para hacer un reclamo formal debía cancelar primero la factura. Haydee, haciendo de tripas corazón, pagó los 333.700 pesos y presenta un reclamo formal, y la empresa le responde que el cliente “estará obligado al cambio del equipo de medida, así como de las redes, transformador y demás elementos de su propiedad (…) cuando existan nuevos desarrollos tecnológicos”.
La información se difunde y las molestias se propagan. No entendían los habitantes del Nuevo Bosque cómo era posible que estos desarrollos tecnológicos les fueran cobrados cuando ellos no querían cambiar nada. Haydee y el resto de los miembros de las demás 107 familias a cuyas viviendas les habían instalado los nuevos medidores no lograban tampoco comprender por qué estaban funcionando los chips si presuntamente iban a entrar en una etapa experimental.
Debido a esas inquietudes, líderes del sector adelantaron una encuesta escrita entre los habitantes del barrio, la cual arrojó que, en su gran mayoría, están en desacuerdo con el proyecto porque consideran que las nuevas medidas de funcionamiento que adelanta Electricaribe son lesivas para la comunidad.
Habitantes del barrio, por otro lado, afirman que el cambio en las redes permitirá que los cortes del servicio y las diferentes reparaciones se hagan desde una central en Barranquilla, por lo que “muchos trabajadores de Electricaribe, algunos de ellos residentes en el sector, se quedarían sin trabajo”.
De acuerdo con informes de la empresa, también se hará necesario el reemplazo de las estructuras o postes, cables y los elementos de protección existentes en el sistema, tales como cortacircuitos, pararrayos y sistemas de puesta a tierra, para optimizar la calidad del servicio. En este punto –enfatizan los quejosos- es que se prevé una mayor detrimento para el usuario, “quien en últimas terminará pagando todo”.
Y lo grave, según se pudo determinar, es que los trabajos ya están listos para adelantarse en similar forma en los barrios La Campiña, El Campestre, Barrio Chino y El Bosque.
Haydee empezó una lucha legal por lo que ella dice ser una violación de sus derechos, y solicitó el respaldo de la Personería Distrital, la cual se comprometió a estudiar e investigar su caso y el de decenas de familias más que manifiestan sentirse ultrajadas por Electricaribe. El ministerio público ya empezó a analizar la situación y, en principio, ha encontrado que en la Ley 142 de 1994, que regula la prestación de los servicios públicos domiciliarios en todo el país, establece con claridad que cuando haya desviación de consumo por cualquier circunstancia, la empresa debe abstenerse de facturar el consumo hasta tanto no haya adelantado una investigación que permita establecer  las causas del alto consumo registrado por el medidor. Y esta acción, según ya han constatado en la misma Personería, jamás se ejecutó con Haydee Romero ni con ninguno de los habitantes del Nuevo Bosque.
Un experto en energía eléctrica, Ramiro Cáceres, dice que en una casa donde hay los electrodomésticos normales como los de Haydee: una nevera, dos televisores, un horno microondas, un equipo de sonido y una lavadora, jamás podría medir el contador más de 500 kwh. “Y cuando hablo de 500, me refiero a personas que usan muchos sus electrodomésticos”. (…) “Están cobrándoles más allá de su consumo individual”, remata.
Yendo un poco más allá, Manuel Vergara, delegado de la Personería Distrital, manifiesta que en su escritorio reposan más de 600 quejas contra Electricaribe, de cartageneros de todos los barrios de la ciudad. “Hay unas quejas un poco exageradas, otras muy reales, pero hay algo cierto y es que Electricaribe está pasándose por encima cualquier normatividad sobre el consumo. Están haciendo algo que se llama consumo distributivo, que es algo más o menos así: si en una manzana hay cinco casas y esas cinco, según el criterio de la empresa, deben sumar 600 kwh, pero a la empresa le aparece sólo 500 kwh, ¿qué hacen?, pues distribuyen los 100 restantes entre todas las casas. Según la empresa, si hay un fraude, los tienen que pagar todos (…)”. “Y eso es ilegal”, señala el funcionario. “La Personera presentará un completo informe al Concejo Distrital demostrando que hay fallas contundentes en el servicio de energía en la ciudad”.
Una factura de casi 700 mil pesos en un barrio estrato 2
Dicen los habitantes de Nuevo Bosque que con el valor de esta factura, se pueden pagar 9 recibos de luz normalmente.
Francisca Flórez llegó a su casa y casi se desmaya cuando vio la cifra que aparecía en la factura de energía del mes de octubre: 686.540 pesos. Mucho ms de lo que pagan en residencias ubicadas en estratos 5 y 6 de la ciudad. “No podía creerlo. Era el colmo que me cobraran una cantidad de impuestos y cuotas de una cantidad de servicios que yo nunca solicité”, expresó indignada Francisca. “Yo antes, por cobardía, no hacía nada, pero ya no más. Esto me parece una injusticia”.
Manuel Mendoza, presidente de la Junta de Acción Comunal de la Séptima Etapa del Nuevo Bosque, dice que la implementación de este proyecto implica el cambio de medidores y redes en el barrio, lo cual representa un gasto que “no estamos dispuestos a asumir, porque afecta nuestro bolsillo”. El líder comunal teme que con todas estas modificaciones se incrementen las sanciones para quienes no paguen oportunamente la factura de energía.
“Quieren tratarnos como conejillos de indias para ver cómo les va con este desarrollo tecnológico que están implementando. Ya tienen el contrato encima y tienen que seguirlo y los damnificados somos nosotros. Es hora de que la alcaldesa tome acciones y vea nuestro caso. Queremos que venga al barrio y nos escuche”, dice en voz alta Mara Lozano, otra habitante del Nuevo Bosque, buscando movilizar a los demás habitantes de un sector de la ciudad que, en la voz de sus mismos habitantes, está dividido por etapas “y eso ha hecho que no exista unión entre todos para poder solucionar problemas tan graves como éste".
“Se paga mucho y el servicio no es bueno”

En el Mirador del Nuevo Bosque se las tuvieron que arreglar, durante más de 72 horas, para que sus electrodomésticos funcionaran y no tuvieran que pasar todas las noches con velas prendidas. Con ayuda de los vecinos, Luisa González y otros habitantes del sector se surtieron del servicio de energía con extensiones eléctricas mientras Electricaribe superaba la emergencia ocasionada por  un incendio en un poste de energía.
“En la comunidad estamos muy inconformes porque el servicio por el que pagamos no es el mejor; no se justifica que ante una situación tan seria, la reacción de Electricaribe se lleve más de un día”, afirma Efrén Herrera, líder de la Junta de Acción Comunal.
Herrera agrega que ésta no es la primera vez que la comunidad tiene una emergencia y la empresa no acude al llamado a tiempo.
En otros sectores de la ciudad también han mostrado su inconformidad por la “intervención lenta” de los funcionarios de Electricaribe cuando se presenta un daño.
Algunos de los quejosos recuerdan con insistencia algunos hechos fatales y no dejan de señalar las tarifas que pagan.
Sobre estas quejas, el gerente de Electricaribe señala que para Cartagena han sido asignadas seis cuadrillas que atienden las necesidades de las tres zonas en están divididas.
“Cuando una persona hace el reporte al 115 se genera de manera inmediata una orden de intervención a una cuadrilla. El problema es que se generan muchas órdenes al mismo tiempo”, dice Rodríguez.
 Aumentan las quejas; el orden público en peligro. ¿Quién responde?
El vocal control de servicios públicos, Eduardo Ugarriza Fontalvo, sostiene que el principal problema en este asunto es la falta de autoridad en la administración distrital. “A final de cuentas, Electricaribe es una empresa comercializadora, necesita generar dinero”, señala el líder cívico, “quien vela por los intereses de la gente es la Alcaldía de Cartagena y es la que tiene la obligación de no permitir atropellos de estas empresas, si realmente se logra verificar que se están produciendo”. Aclara que la Ley 142 de 1994 también les exige a las empresas ofrecer un buen servicio, con calidad, “por eso pienso que estos medidores con display deben, por el contrario, controlar el consumo para que la gente no pague tanto. Hay que verificar qué es lo que está fallando”.
Haydee recibió su segunda factura desde que cambiaron las redes y le instalaron un nuevo medidor. La cifra vuelve a estar por encima de los 300 mil pesos.  Manifiesta que va a llegar hasta las últimas consecuencias para no seguir viéndose, según ella, ultrajada por Electricaribe. Así lo dicen también, y en voz alta, decenas de personas más cuyas facturas superan los cuatrocientos mil pesos. Mientras tanto, el vocero de la 5º etapa, Miguel Licano, dice que lo más preocupante es que el orden público se va a ver en riesgo “ya que la gente se está uniendo y va a llegar a un punto en que el caos estalle, porque si algo es cierto, más allá de quién tiene la razón, es que cientos de habitantes del Nuevo Bosque están dispuestos a hacer lo que sea necesario para evitar que Electricaribe siga llevando a cabo las obras de modernización de las redes eléctricas en este popular barrio de Cartagena mientras se siga perjudicando a la comunidad”.