La crisis cafetera acumulada desde hace
varios años, que ocasionó el empobrecimientos de las familias cafeteras
llegó a su límite, dejando al descubierto la antidemocrática política del
gobierno de Santos y sus antecesores.
Ya se completan cinco días del combativo paro nacional
cafetero, con bloqueos de vías y participación masiva de campesinos, indígenas
y afrocolombianos. Esta protesta ha hecho saltar por los aires la falsa
normalidad dizque “democrática” de Santos; construida por las encuestadoras de opinión y
los medios de comunicación privados al servicio de las transnacionales y la oligarquía colombiana.
Las políticas económicas impuestas por el Banco Mundial y el
Fondo monetario, en medio de la mayor crisis capitalista de la historia y que el
gobierno de Santos adoptó como las
locomotoras energética y minera, además
de saquear y destruir nuestros recursos naturales, han generado una gigantesca
crisis social y económica. La agricultura y la industria nacional avanzan hacia
un abismo insalvable, llevándose por
delante a los pequeños caficultores, la pequeña industria y la economía popular
en general.
Ya está claro que las gigantescas ganancias de las transnacionales
tostadoras y comercializadoras del grano, que controlan la casi totalidad
del mercado del café, se soportan en el
esfuerzo y sudor colectivo de las familias campesinas cultivadoras y
recolectoras, empobrecidas históricamente.
Hoy la lucha es porque el gobierno nacional destine recursos
suficientes para garantizar un precio de compra de la cosecha o sustentación de
$750.000 por carga, que compense los costos de producción a perdidas, de los
cultivadores; también se exige que se subsidie y controle el precio de los
fertilizantes y plaguicidas y se impida
la importación de café a precios de revaluación. Que se resuelva la situación
financiera y jurídica con la condonación de deudas de los pequeños caficultores y el control
de la revaluación. El gobierno como de
costumbre se niega a atender los reclamos de los campesinos, reprimiendo y
criminalizando la protesta social, mientras mantiene los subsidios y gabelas
tributarias al sector financiero y demás trasnacionales.
En este momento están entrando al paro los camioneros, por el alza decretada por el
gobierno al precio de los combustibles que se mantienen inclusive por encima de
precios internacionales, a pesar de ser
productores de petróleo. Otros sectores y organizaciones sociales que han
entendido que esta es una oportunidad para unir y coordinar esfuerzos para
exigir nuestros derechos se están uniendo a la lucha. La política de
empobrecimiento y miseria social que nos impone el capitalismo mundial y sus secuaces
nacionales no nos dejan alternativa; por eso, hacemos un llamado a la
ciudadanía en general, a las organizaciones sociales y populares a respaldar
estas luchas con la solidaridad necesaria no solamente económica si no también política como única vía para
alcanzar las trasformaciones y cambios que requiere el país para alcanzar un verdadero gobierno democrático con justicia social.
Popayán Marzo 2 de 2013
ASOCIACION COMUNITARIA
POR EL DERECHO A LOS SERVICIOS PÚBLICOS DE POPAYAN
ACODERSERP